El tiempo ha remetido mis sábanas de abrigo.
El tiempo ha susurrado mi propia salud.
El tiempo me ha enseñado a ronronear mi propio corazón.
El tiempo escapado en llantos me acercó a la supervivencia.
El tiempo me acostumbró a no osmosear cerca de nadie, ni siquiera de ti.
El tiempo ha bailado en mis heridas... y hoy...
tu me pides que no te olvide, que tienes necesidad de mi...
... como sea, como esté acéptame...
te acompañaré...
No hay comentarios:
Publicar un comentario