experimentando esta soledad encarceladora,
siguen los problemas de la pena
y de las ojeras olvidadas.
Tan aturdido en el descrédito de mi libertad,
sin que nadie venga a regalarme verdad NUEVA,
sin que nadie venga a salvarme,
obligado a morir,
contando mis alas rotas
en cada vuelo eterno del alma
En un túnel de lento caminar
con un hambre insaciable, traicionera...
Sin dignidad.
Sin DIGNIDAD.
Esperando, pétreo,
la verdad ahogada que ahora lloro.
Obligado a morir grilleteado a mis heridas...
y ... sin ayuda.